Author(s): Maria Helena Zamora | Magda Dimenstein | Junia de Vilhena
Journal: Revista de Psicología
ISSN 0716-8039
Volume: 9;
Issue: 1;
Date: 2000;
Original page
ABSTRACT
En este trabajo partimos de la premisa de que las identidades son construidas a partir del lugar que el individuo ocupa en el contexto social y de clases. Nuestro objetivo es reflexionar acerca del impacto de la diversidad entre la cultura y la formación profesional del psicólogo y sus prácticas, y los individuos de la comunidades faveladas de Rio de Janeiro. El psicólogo proviene generalmente de las clases media y alta de la población brasileña, y en esos estratos sociales predomina el ideario individualista. Tal cultura e ideología individualistas se basan en una cierta idea y modelo psicológico de "individuo", aceptados como naturales, aplicables y extensibles a todas las organizaciones y clases sociales. Éste corresponde, en líneas generales, a una persona que se piensa poseedora de los atributos de ciudadanía, dignidad, autonomía, capacidad de utilizar el potencial creativo, capacidad de problematizar y verbalizar los problemas íntimos y la propiedad de pensarse como poseyendo libertad para determinar y gerenciar su propia vida, sin mayores consideraciones sobre las determinaciones sociales. Sin embargo, no podemos localizar ese ideario en la formación de las sociedades tradicionales, jerárquicas y holistas, como es el caso de las poblaciones faveladas en general. Tales poblaciones son caracterizadas por un ideario más holista, donde la colectividad, las tradiciones y las costumbres, la red de reciprocidad y la solidaridad condicionan las existencias individuales. Tales diferencias de clase y cultura imponen una diversidad cultural entre profesionales y comunidades, la cual resulta frecuentemente en intervenciones y estrategias de acción sin contexto y etnocéntricas, con consecuencias importantes cuando se trata del trabajo con tales poblaciones socialmente inferiorizadas. Ciertos autores llegan a mencionar la producción, a nivel de discurso y práctica, de un verdadero "apartheid" clínico, que tiende a ver patologías, negatividad y faltas esenciales donde probablemente existen apenas diferencias culturales.
Journal: Revista de Psicología
ISSN 0716-8039
Volume: 9;
Issue: 1;
Date: 2000;
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ABSTRACT
En este trabajo partimos de la premisa de que las identidades son construidas a partir del lugar que el individuo ocupa en el contexto social y de clases. Nuestro objetivo es reflexionar acerca del impacto de la diversidad entre la cultura y la formación profesional del psicólogo y sus prácticas, y los individuos de la comunidades faveladas de Rio de Janeiro. El psicólogo proviene generalmente de las clases media y alta de la población brasileña, y en esos estratos sociales predomina el ideario individualista. Tal cultura e ideología individualistas se basan en una cierta idea y modelo psicológico de "individuo", aceptados como naturales, aplicables y extensibles a todas las organizaciones y clases sociales. Éste corresponde, en líneas generales, a una persona que se piensa poseedora de los atributos de ciudadanía, dignidad, autonomía, capacidad de utilizar el potencial creativo, capacidad de problematizar y verbalizar los problemas íntimos y la propiedad de pensarse como poseyendo libertad para determinar y gerenciar su propia vida, sin mayores consideraciones sobre las determinaciones sociales. Sin embargo, no podemos localizar ese ideario en la formación de las sociedades tradicionales, jerárquicas y holistas, como es el caso de las poblaciones faveladas en general. Tales poblaciones son caracterizadas por un ideario más holista, donde la colectividad, las tradiciones y las costumbres, la red de reciprocidad y la solidaridad condicionan las existencias individuales. Tales diferencias de clase y cultura imponen una diversidad cultural entre profesionales y comunidades, la cual resulta frecuentemente en intervenciones y estrategias de acción sin contexto y etnocéntricas, con consecuencias importantes cuando se trata del trabajo con tales poblaciones socialmente inferiorizadas. Ciertos autores llegan a mencionar la producción, a nivel de discurso y práctica, de un verdadero "apartheid" clínico, que tiende a ver patologías, negatividad y faltas esenciales donde probablemente existen apenas diferencias culturales.